Hacemos lo mismo siempre y esperamos diferentes resultados?? Muchas mujeres se quejan de que “la mala suerte las persigue” en el campo romántico o de que son un caso perdido porque siempre terminan metidas con los “mismos malos tipos”. Si tu intención y deseo real es conseguir una pareja estable y buena con quien puedas construir una relación saludable, debes comenzar sin lugar a duda por romper los patrones.
¿Qué quieres?
Por más que esta pregunta parezca tener una respuesta evidente, si estás buscando una pareja es recomendable que te tomes un buen tiempo meditando sobre lo que quieres de ella. No estamos hablando aquí del aspecto físico, aunque claro que este es relevante, sino de los valores, nivel de educación, moral, proyectos y expectativas de vida que deseas en esa persona. Si no sabes lo que realmente quieres, ¿cómo vas a encontrarlo?
¿Qué no quieres?
Tan importante como saber lo que sí quieres en una pareja es establecer las cosas que no estás dispuesta a aguantar. No hay seres humanos perfectos y aunque el hecho de que él mezcle la ropa blanca con la de colores no sea un motivo para abstenerse de una relación con él, el consumo de drogas, tener hijos previos o un historial de matrimonios fallidos si pueden ser cosas a considerar.
¿Qué ofreces?
A veces lo que deseamos puede no estar en sintonía con lo que somos. Si eres una mujer que consume alcohol todos los fines de semana, no puedes pretender que tu pareja futura sea un abstemio. Primero es poco probable que un hombre al que no le gusta beber quiera lidiar con una mujer que lo hace; segundo, no sería justo para él; tercero no es la labor de nadie arreglarle la vida a otra persona. Si eres perezosa, no te gusta mucho trabajar y dejaste tus estudios tirados a la mitad, es poco probable que llegue a tu vida un hombre emprendedor, trabajador y educado. Han sucedido casos donde parejas desiguales se forman, pero tarde que temprano estas diferencias terminan pesando.
¿Qué necesitas cambiar?
Digamos que cuando eras adolescente tenías una tendencia a ser sexualmente promiscua, pero ahora que has madurado tu ilusión es encontrar a ese hombre ideal y establecer una relación monógama. El cambio debe comenzar desde ahora, si sigues teniendo sexo indiscriminado con todos los hombres que conozcas es poco probable que alguno te tome en serio, y tampoco tú te estarás dando la oportunidad de conocerlo. No se trata de que cambies absolutamente quien eres, pero sí que pulas tus defectos y que te deshagas de todo aquello que te estorba en tu nueva meta.
¿Dónde buscas?
Si quieres un hombre que lea, sea un potencial buen padre y le guste el ejercicio, ¿qué haces buscándolo en un bar? Las personas con intereses comunes suelen crear conexiones más reales y firmes. Si te interesan los deportes, inscríbete en un grupo de tu favorito; si quieres conocer a un extranjero, ingresa en un club de intercambio de lenguas. Busca lo que quieres en el lugar donde lo encontrarás.
No desesperes, encontrar una buena pareja toma tiempo. No cedas ante un hombre que más o menos te convence sólo porque sientas que te estás quedando soltera. Date espacio para quererte a ti misma, no permitas que nadie te haga creer que eres menos o estás destinada a estar sola o en una mala relación. Conoce a los chicos que te atraen antes de meterlos en tu cama, y ama siempre a la bella mujer que eres.
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