Ser generoso es una culidad muy bella del ser humano. Sin embargo, algunos se aprovechan de esta característica para lucrar en beneficio personal.
Ya sea con una falsa amistad o una genuina, hay que tener un poco de malicia y no dejar que se aprovechen de uno. No es que no seas buena o generosa, es que debes tomar ciertas medidas para evitar que esto ocurra.
Algunas precauciones que debes tomar son:
• Fijarte en cuál es la intención de las personas que están a tu alrededor.
A veces pensamos que todo el mundo es bueno y tiene buena vibra; pero si tu sexto sentido te indica que algo anda mal, hazle caso, tal vez esa persona no sea muy honesta.
• Busca tener gente a tu lado que quiera estar contigo solo por estar, no gente que te necesite para algo.
• No prestes dinero ni caigas en trampas de cuentos tristes para prestarlo. Se han dado casos en que la gente hasta empeña sus cosas para ayudar a alguien que realmente no lo necesita.
• Cuidado con los medios cibernéticas. Nuevamente ten malicia y piensa que si algo suena demasiado atractivo, lo más seguro es que sea falso. Hay muchas estafas que se logran a través del internet, algunas de estas enamorando a las personas para luego pedirles que abran una cuenta de banco y hagan algún tipo de transacción fraudulenta.
• Verifica la información que recibas, los emails, lo que leas, lo que escuches en la tele, no lo aceptes todo como cierto y siempre dale el beneficio de la duda.
• No le des tu tarjeta de crédito y mucho menos tu contraseña a nadie.
• Emocionalmente nunca ofrezcas el todo por el todo desde el principio. Ve abriendo puertas a tus emociones poco a poco, según se vayan ganando la confianza con el tiempo y el conocer a la persona. Recuerda que a veces tenemos gente viviendo a nuestro lado y no sabemos en realidad quiénes son.
• No confíes datos personales,contraseñas de tus medios sociales, fecha de nacimiento, número de seguro social a nadie; esta información es muy valiosa y puede resultar en graves daños si cae en las manos inapropiadas.
• No prestes las llaves de tu carro a nadie; si no quieres que algo se rompa, no lo prestes. Es igual que un juguete costoso o una cámara de fotografía o un instrumento de trabajo. Si la otra persona no lo puede pagar y te lo rompe, no tienes la garantía de que te lo vaya a reemplazar si se daña.
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