Ahora, y para beneficio de las jóvenes, las mujeres podemos desempeñarnos en las mismas ocupaciones que los hombres, aunque no siempre nos paguen lo mismo. Nadie pretende demostrar que somos iguales, pero hablar de superioridad es más delicado: hace poco, científicos británicos concluyeron que los hombres son algo más inteligentes que las mujeres (una diferencia de 5 puntos como promedio, en unas pruebas de coeficiente de inteligencia, probablemente diseñadas por hombres, en una sociedad dominada por hombres).
El tiempo que ha pasado desde la liberación de la mujer es poco, y los logros han sido innumerables. La tendencia progresiva de más mujeres universitarias graduadas es un anuncio de lo que nos queda por hacer. Por cierto, la influencia de nuestras hijas en lo profesional será aun mayor que la nuestra.
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